domingo, 16 de agosto de 2009

¡A petición!: instrumentos para una orquesta imposible



Desde la publicación del último ensayo del maestro Blandón, hemos recibido infinidad de solicitudes de parte de sus ex-alumnos, para que subamos a este blog los bocetos de su famosa colección de instrumentos imposibles. A continuación algunos de ellos:

La Guitarreta, híbrido de guitarra y trompeta, construido siguiendo al detalle el diseño de Blandón, por el luthier Pedro Verdasco, en Montevideo. La genialidad estriba en que el instrumento realmente suena y permite al trompe-gutarrista acompañarse pulsando las cuerdas con la mano derecha mientras ejecuta las melodías soplando la boquilla y presionando los pistones superiores con la mano izquierda. El invento despertó especial interés de los ejecutantes de la música tradicional mexicana (mariachis), pues permitiría reducir el número de integrantes de sus agrupaciones prácticamente a la mitad.

La Ciclorneta en Fa, es una variante motriz de la guitarreta, sin caja de resonancia, pero que también permite cierto "acompañamiento", mediante el rítmico pedaleo de su ciclo central. Nuevamente Blandón resuelve un viejo problema de muchos instrumentos de viento, cual es el de la atrofiante inutilidad de una de las dos manos, que usualmente se debe resignar a sostener el instrumento. En este caso, la mano sobrante (la que no está colocada sobre los pistones) hace girar el pedal de la pieza giratorio-percusiva.

La Acordeorimba en La es uno de sus instrumentos más ingeniosos, destinado a revolucionar la ejecución de la música vernácula. El profesor Cupertino Acevedo logró interesar en la construcción del aparato a un representante de la fábrica de acordeones Hohnner y a don Elías Guardado, guatemalteco, refinado constructor de marimbas del municipio de Xelajú. El esfuerzo no se vio coronado por el éxito, pero ambos se deshicieron en elogios para Blandón y consideraron la acordeorimba un instrumento "casi mitológico"... el unicornio armónico de la música centroamericana.



Cerramos esta primera entrega con el célebre Maragot, un instrumento que sintetiza las agudas preocupaciones de Justino Blandón en torno a la ilógica separación entre música culta y música popular. El instrumento refleja su mar(a)cado interés por crear objetos culturales que hicieran tangible un espíritu de trascendencia más allá de las burdas barreras impuestas por la academia, la incomprensión y el espíritu de élite de algunos "sabios de gallinero", como les llamó repetidamente durante sus charlas. Blandón llegó a convencer al músico costarricense Carlos Castro (Grammy Latino en la categoría de música formal, 2008), quien compuso la única obra existente para este instrumento... inexistente: se trata de la Fantasía Concertante para Maragot y orquesta imaginaria, composición de alto vuelo, que aún espera ser estrenada.